Recopilo: Luis Miguel Hoyos Vertel.
Enfermero Jefe, Magíster en Enfermería
Enfermero Jefe - Urgencias - Clínica León XIII
Medellín - Colombia.
lmhoyosv@unal.edu.co
En primer lugar están las enfermedades genético-metabólicas de la mitocondria, que se caracterizan por alteraciones de la oxidación de los lípidos, alteraciones del ciclo de la urea y defectos de la cadena respiratoria. Varios medicamentos también pueden provocar esta situación; entre ellos están el ácido valproico, la tetraciclinas, la amiodarona, el ácido acetilsalicílico y antiinflamatorios como el ibuprofeno. También pueden provocarla algunos tóxicos y deficiencias nutritivas, como el alcohol y la deficiencia de colina. Finalmente, el hígado graso agudo del embarazo, el síndrome de Reye, la esteatohepatitis no alcohólica y la preeclampsia, que son bastante parecidos, están en el grupo sin causa aparente.
En el ciclo de la betaoxidación intramitocondrial participan cuatro enzimas, de las cuales tres están contenidas en una sola proteína llamada proteína trifuncional. Los ácidos grasos de cadena larga ingresan a la mitocondria, se esterifican con acetil coenzima A por acción de la enzima 3-hidroxiacil-coenzima A y de esta manera entran en el ciclo. Cuando los ácidos grasos de cadena larga ingresan a la mitocondria y a este ciclo, en cada pasada se les retiran dos electrones, de modo que se van acortando y, posteriormente, empiezan descarboxilarse por acción de otro tipo de enzima, que es la que metaboliza los ácidos grasos de cadena corta dentro de la mitocondria.
En 1993 apareció publicado en Lancet un estudio de 11 embarazos de 5 madres, con hijos homocigotos deficientes en la enzima del metabolismo de los ácidos grasos de cadena larga (long-chain 3-hydroxyacyl coenzyme A dehydrogenase, LCHAD). Estas madres habían tenido hígado graso agudo obstétrico o síndrome de HELLP (haemolysis, elevated liver enzymes, low platelets), que estaría correlacionado con la presencia de este defecto enzimático en el recién nacido, por lo que se supuso que ellas también debían tener algún defecto de ese tipo. Con cultivos de fibroblastos se comprobó que las madres tenían un defecto en esta enzima (1). Posteriormente, se postuló que esta enzima, en niveles reducidos, puede ser un factor limitante para el ciclo de la betaoxidación, lo que conduce a una insuficiencia relativa de esta vía para responder a las demandas energéticas de la unidad materno-fetal durante las últimas semanas del embarazo.
Enfermero Jefe, Magíster en Enfermería
Enfermero Jefe - Urgencias - Clínica León XIII
Medellín - Colombia.
lmhoyosv@unal.edu.co
La disfunción hepática
resultados del daño a parénquima del hígado y sus células, ya sea directamente
desde enfermedades hepáticas primarias o indirectamente de la obstrucción del
flujo biliar o trastornos de la circulación hepática.
Es pertinente que los Enfermeros y Enfermeras profesionales tengan
un conocimiento amplio de la fisiopatología y de este trastorno del sistema
gastrointestinal, en este pequeño escrito solo vamos a describir la fisiopatología,
causas, epidemiología y demás datos relacionados con dicha patología, no
haremos una descripción de las intervenciones de enfermería, porque ese tema está
en otro apartado de nuestro blog.
La disfunción hepática
puede ser aguda o crónica, disfunción crónica es mucho más común que la aguda.
Enfermedad crónica del hígado, incluyendo cirrosis, es el séptimo más causa
común de muerte en los Estados Unidos entre los jóvenes y adultos de mediana
edad. Más del 40% de esas muertes se asocian con alcohol. La tasa de enfermedad
hepática crónica en los hombres es el doble que para las mujeres, y la
enfermedad hepática crónica es más común entre Afro-americanos que los
caucásicos.
Los Procesos de
enfermedades que conducen a la disfunción hepatocelular puede ser causada por
agentes infecciosos tales como bacterias y virus, y por anoxia, trastornos
metabólicos, toxinas y medicamentos, nutrición deficiencias y estados de
hipersensibilidad. La causa más común de daño del parénquima es la
desnutrición, especialmente la relacionada con la alcoholismo.
Las células del parénquima
responder a los agentes más nocivas mediante la sustitución glucógeno con los
lípidos, produciendo infiltración grasa con o sin muerte celular o necrosis.
Esto se asocia comúnmente con infiltración de células inflamatorias y crecimiento
de tejido fibroso. La Célula en regeneración puede ocurrir si el proceso de la
enfermedad no es demasiado tóxica para las células. El resultado de la
enfermedad parenquimatosa crónica ha encogido al hígado fibrótico visto en la
cirrosis. Las consecuencias de la enfermedad del hígado son numerosas y
variadas.
Sus efectos finales son a
menudo incapacitantes o que amenazan la vida, y su presencia es de mal agüero.
El tratamiento a menudo es difícil. Entre los síntomas más comunes y
significativo de la enfermedad hepática son los siguientes:
• Ictericia, como
resultado de mayor concentración de bilirrubina en la sangre
• La hipertensión portal,
ascitis y várices, como resultado de circulatoria cambios en el hígado enfermo
y produciendo graves Hemorragias gastrointestinales y sodio marcado y la
retención de líquidos
• Las deficiencias
nutricionales, los cuales resultan de la incapacidad de la las células dañadas
del hígado para metabolizar ciertas vitaminas y es responsable por deterioro en
el funcionamiento de la central y periférico sistema nervioso y para la
tendencia a sufrir hemorragias anormales
• Encefalopatía hepática o
coma, lo que refleja la acumulación de amoníaco en el suero debido a
metabolismo de la proteína alterada por el hígado enfermo.
HIGADO GRASO
(Esteatosis hepática) Acumulación excesiva de lípidos en
los hepatocitos, que constituye la respuesta más frecuente del hígado a las
agresiones.
El hígado ocupa una
posición central en el metabolismo de los lípidos. Una pequeña reserva de ácidos
grasos libres (AGL) de utilización rápida, absorbidos a partir de la dieta o
liberados a la sangre por los quilomicrones o las células adiposas, satisface
casi todos los requerimientos energéticos de un animal en ayunas. Los AGL son
captados por el hígado y se suman a la reserva hepática de AGL, parte de los
cuales son sintetizados por el hígado. Algunos AGL son oxidados a CO2 en
el hígado para producir energía, la mayor parte son incorporados en lípidos
complejos (p. ej., triglicéridos, fosfolípidos, glucolípidos, ésteres de
colesterol). Algunos de estos lípidos complejos pasan a una reserva de
utilización lenta que comprende los lípidos estructurales de las células
hepáticas y sus lugares de almacenamiento. La mayoría de los triglicéridos
entran en una reserva activa donde se combinan con apoproteínas específicas
para formar lipoproteínas (p. ej., lipoproteínas de muy baja densidad [VLDL]),
que son secretadas al plasma. El hígado también es responsable de la
degradación de los lípidos (p. ej., lipoproteínas de baja densidad o restos de
quilomicrones).
El hígado graso se produce
cuando la acumulación de lípidos supera el 5% del peso normal del hígado. En el
tipo macrovesicular, grandes gotitas de grasa rellenan la
célula hepática, desplazando al núcleo hacia la periferia de la célula,
parecida a un adipocito. Es más frecuente que se acumulen los triglicéridos,
porque su tasa de recambio es la más rápida de todos los ésteres de ácidos
grasos hepáticos. La captación de AGL a partir del tejido adiposo y de la dieta
no está limitada, mientras que la disposición de AGL mediante oxidación,
esterificación y secreción de VLDL está restringida.
En la esteatosis
hepática microvesicular se acumulan gotitas de grasa pequeñas,
las células tienen un aspecto espumoso y los núcleos son centrales. Los
triglicéridos se acumulan en los orgánulos subcelulares (p. ej., en el retículo
endoplásmico), reflejando una alteración metabólica generalizada. La agresión a
las mitocondrias limita la oxidación de los AGL, a la vez que se deprime la
síntesis de apoproteínas indispensable para la secreción de las VLDL, y conduce
a acumulación de triglicéridos.
En la fosfolipidosis se
acumulan fosfolípidos en asociación con el uso de ciertos fármacos (p. ej.,
amiodarona). Las células hepáticas son grandes y espumosas.
La
esteatosis microvesicular es un cuadro histológico que describe acumulaciones
de microvacuolas grasas, de tamaño generalmente menor de un micrón, en el
citoplasma de los hepatocitos. El aspecto clásico en la microscopía corresponde
a microvesículas dispuestas en el citoplasma de los hepatocitos que no
desplazan el núcleo, como en el caso de la esteatosis macrovesicular. También
existe un balonamiento de hepatocitos, y puede haber esteatosis macrovesicular
cuando se produce la coalescencia de múltiples microvacuolas, pero esta
metamorfosis grasa puede ser panacinar o zonal. Un aspecto importante, desde el punto
de vista clínico, es que no hay correlación entre la cantidad de grasa hepática
y el pronóstico, es decir, el compromiso funcional del hígado. Sin embargo, no
sólo hay grasa; también se ve una tendencia a la yuxtaposición de los espacios
portales y las venas centrales y puede haber cuerpos de Mallory, necrosis
mínima, igual que en la esteatosis macrovesicular, colestasis e infiltrados
acinares linfocitarios y de células plasmáticas; con menor frecuencia se pueden
encontrar estos infiltrados linfocitarios en los espacios porta. Es decir que
también hay inflamación y otros fenómenos similares a los de la esteatosis
macrovesicular. El hígado graso agudo del embarazo es un episodio de
insuficiencia hepática aguda, que aparece generalmente en las últimas semanas
de la gestación y se caracteriza por el aspecto histológico de la esteatosis
microvesicular, es decir, la acumulación de microvesículas de grasa en el
citoplasma de los hepatocitos. Está claramente establecido que el tipo de grasa
presente en el hígado graso agudo del embarazo corresponde a ácidos grasos
libres y no a otros tipos de grasa, como los triglicéridos o el colesterol, que
son propios de la esteatosis macrovesicular. La presencia de ácidos grasos
libres en las microvacuolas se ha confirmado en estudios publicados
posteriormente.
ETIOLOGIA
En primer lugar están las enfermedades genético-metabólicas de la mitocondria, que se caracterizan por alteraciones de la oxidación de los lípidos, alteraciones del ciclo de la urea y defectos de la cadena respiratoria. Varios medicamentos también pueden provocar esta situación; entre ellos están el ácido valproico, la tetraciclinas, la amiodarona, el ácido acetilsalicílico y antiinflamatorios como el ibuprofeno. También pueden provocarla algunos tóxicos y deficiencias nutritivas, como el alcohol y la deficiencia de colina. Finalmente, el hígado graso agudo del embarazo, el síndrome de Reye, la esteatohepatitis no alcohólica y la preeclampsia, que son bastante parecidos, están en el grupo sin causa aparente.
PATOGENIA
La
esteatosis microvesicular se debe a alteraciones del ciclo de la betaoxidación
intramitocondrial de los ácidos grasos de cadena larga; hay alteraciones de la
betaoxidación en otros lugares de la célula, pero describiremos
fundamentalmente ésta. La existencia de alteraciones mitocondriales está
comprobada por evidencias morfológicas y por la presencia de las alteraciones
metabólicas típicas.
Los triglicéridos se
acumulan en el hígado a expensas de un aumento del aporte a través de la
síntesis a partir de los AGL o de una disminución de su excreción en forma de
VLDL a partir de los hepatocitos. El aumento de la síntesis de triglicéridos
puede ser consecuencia de un aumento del aporte o de la disponibilidad de AGL
(procedentes de la dieta o de la movilización a partir del tejido adiposo), a
partir de acetilcoenzima A, o de la disminución de la oxidación de AGL en el
hígado. La eliminación reducida de triglicéridos involucra una condensación
insuficiente con apolipoproteínas, fosfolípidos y colesterol que conduce a una
disminución de la secreción de VLDL.
Los diversos mecanismos
posibles implicados en la patogenia del hígado graso pueden actuar solos o
conjuntamente. En la obesidad está aumentado el aporte de grasa dietética o su
movilización a partir del tejido adiposo. La disminución de la oxidación de los
AGL puede contribuir a la esteatosis hepática inducida por la acción de
tetracloruro de carbono, fósforo amarillo, hipoxia o ciertas deficiencias
vitamínicas (niacina, riboflavina, ácido pantoténico). El bloqueo de la
producción y secreción de lipoproteínas suele ser la principal causa de
acumulación de triglicéridos en el hígado. El deterioro de la síntesis de
apolipoproteínas es el factor patogénico más importante en varios tipos de
hígado graso tóxico y en el hígado graso producido por malnutrición
proteicocalórica. La inhibición tóxica de la síntesis proteica puede llevar a
un hígado graso a través de la inhibición de la síntesis de ARNm o su
traducción. En el hígado graso microvesicular, las pequeñas gotitas de
triglicéridos más AGL, colesterol y fosfolípidos se acumulan en los orgánulos
subcelulares. El defecto básico es desconocido, aun cuando los rasgos
anatomopatológicos y clínicos son similares en cierto modo. El fundamento
bioquímico puede ser una alteración en la vía oxidativa mitocondrial, que
deprime la oxidación de los AGL y dificulta la síntesis de apolipoproteínas
para el ensamblamiento de las VLDL.
El hígado graso puede
producirse por la acumulación de otros lípidos neutros. La grasa y el colesterol
(que se observa en forma de cristales romboidales birrefringentes bajo el
microscopio de polarización) están presentes en la enfermedad de Wolman y en la
enfermedad por almacenamiento de ésteres de colesterol. Las vacuolas grasas son
pequeñas o medianas. En la enfermedad de Niemann-Pick, el fosfolípido
esfingomielina se acumula en los hepatocitos y en las células de Kupffer. Las
células tienen un aspecto espumoso.
En el ciclo de la betaoxidación intramitocondrial participan cuatro enzimas, de las cuales tres están contenidas en una sola proteína llamada proteína trifuncional. Los ácidos grasos de cadena larga ingresan a la mitocondria, se esterifican con acetil coenzima A por acción de la enzima 3-hidroxiacil-coenzima A y de esta manera entran en el ciclo. Cuando los ácidos grasos de cadena larga ingresan a la mitocondria y a este ciclo, en cada pasada se les retiran dos electrones, de modo que se van acortando y, posteriormente, empiezan descarboxilarse por acción de otro tipo de enzima, que es la que metaboliza los ácidos grasos de cadena corta dentro de la mitocondria.
En 1993 apareció publicado en Lancet un estudio de 11 embarazos de 5 madres, con hijos homocigotos deficientes en la enzima del metabolismo de los ácidos grasos de cadena larga (long-chain 3-hydroxyacyl coenzyme A dehydrogenase, LCHAD). Estas madres habían tenido hígado graso agudo obstétrico o síndrome de HELLP (haemolysis, elevated liver enzymes, low platelets), que estaría correlacionado con la presencia de este defecto enzimático en el recién nacido, por lo que se supuso que ellas también debían tener algún defecto de ese tipo. Con cultivos de fibroblastos se comprobó que las madres tenían un defecto en esta enzima (1). Posteriormente, se postuló que esta enzima, en niveles reducidos, puede ser un factor limitante para el ciclo de la betaoxidación, lo que conduce a una insuficiencia relativa de esta vía para responder a las demandas energéticas de la unidad materno-fetal durante las últimas semanas del embarazo.
Actualmente
se postula que algunas personas tienen una susceptibilidad genética para
presentar alteraciones del ciclo de la oxidación de los ácidos grasos de cadena
larga dentro de la mitocondria. En estas personas se desencadenaría una
insuficiencia de este ciclo y se acumularían los ácidos grasos, lo que
provocaría este cuadro
clínico.
En los cinco últimos cinco años se ha determinado que algunos compuestos endógenos también pueden alterar la betaoxidación mitocondrial. Entre ellos están las citoquinas, las hormonas sexuales femeninas y algunos tóxicos o medicamentos. Por lo tanto, para explicar la patogenia de la enfermedad se podría plantear la hipótesis de que en algunos de los individuos las infecciones, las citoquinas o las alteraciones congénitas de las enzimas de la betaoxidación mitocondrial podrían facilitar la aparición de esteatosis microvesicular, la que podría verse favorecida por la acción simultánea de medicamentos. Si la mujer es heterocigota, tiene desde ya una insuficiencia relativa de la vía de la betaoxidación y, si se agregan otros factores que deprimen esta vía, puede aumentar más aún la acumulación de ácidos grasos libres y se produce este cuadro. En la literatura se ha planteado que el feto podría desempeñar un papel. Algunos trabajos demuestran que la unidad fetoplacentaria también podría causar en algunas mujeres la aparición de este fenómeno, aunque no se ha logrado determinar el mecanismo participante.
El hígado graso no se ve siempre aislado; en otra gestosis, que es la preeclampsia, también existe acumulación de microvacuolas de grasa en el hígado. En un trabajo publicado a fines de los 80 en el que se efectuaron biopsias hepáticas a mujeres con preeclampsia, se demostró que a mayor cantidad de grasa o de microvacuolas presentes en el hígado, existe mayor compromiso funcional y anatómico de este órgano. Por lo tanto, ésta es una enfermedad compleja, que puede presentarse no sólo individualmente, sino también como parte de la preeclampsia o del síndrome de HELLP.
En los cinco últimos cinco años se ha determinado que algunos compuestos endógenos también pueden alterar la betaoxidación mitocondrial. Entre ellos están las citoquinas, las hormonas sexuales femeninas y algunos tóxicos o medicamentos. Por lo tanto, para explicar la patogenia de la enfermedad se podría plantear la hipótesis de que en algunos de los individuos las infecciones, las citoquinas o las alteraciones congénitas de las enzimas de la betaoxidación mitocondrial podrían facilitar la aparición de esteatosis microvesicular, la que podría verse favorecida por la acción simultánea de medicamentos. Si la mujer es heterocigota, tiene desde ya una insuficiencia relativa de la vía de la betaoxidación y, si se agregan otros factores que deprimen esta vía, puede aumentar más aún la acumulación de ácidos grasos libres y se produce este cuadro. En la literatura se ha planteado que el feto podría desempeñar un papel. Algunos trabajos demuestran que la unidad fetoplacentaria también podría causar en algunas mujeres la aparición de este fenómeno, aunque no se ha logrado determinar el mecanismo participante.
El hígado graso no se ve siempre aislado; en otra gestosis, que es la preeclampsia, también existe acumulación de microvacuolas de grasa en el hígado. En un trabajo publicado a fines de los 80 en el que se efectuaron biopsias hepáticas a mujeres con preeclampsia, se demostró que a mayor cantidad de grasa o de microvacuolas presentes en el hígado, existe mayor compromiso funcional y anatómico de este órgano. Por lo tanto, ésta es una enfermedad compleja, que puede presentarse no sólo individualmente, sino también como parte de la preeclampsia o del síndrome de HELLP.
SÍNTOMAS, SIGNOS Y
DIAGNÓSTICO
El hígado graso
macrovesicular se descubre muy a menudo en la exploración física como una
hepatomegalia difusa, lisa y no dolorosa a la presión en un Paciente
alcohólico, obeso o diabético. Puede presentarse con dolor en el hipocondrio
(cuadrante superior) derecho, dolorimiento a la presión e ictericia, o puede
ser la única anomalía física observada tras una muerte súbita, inesperada y
presumiblemente por una causa metabólica. Existe una escasa asociación entre el
hígado graso y los hallazgos anormales en las pruebas bioquímicas comúnmente
utilizadas para las hepatopatías. Puede aparecer un leve aumento en la
fosfatasa alcalina o las transaminasas. La ecografía, y especialmente la TC,
pueden revelar el exceso de grasa. El hígado graso se diagnostica con certeza
sólo mediante biopsia hepática. Dado que esta acumulación de grasa en el hígado
puede indicar la acción de una hepatotoxina o la presencia de una enfermedad o
una anomalía metabólica no identificadas, el diagnóstico exige una nueva
evaluación del Paciente.
La degeneración grasa
del hígado no alcohólica (esteatohepatitis no alcohólica) es una
acumulación de grasa que suele identificarse cada vez más en el hígado de
mujeres que tienden a ser obesas o diabéticas. También se produce tras la
cirugía de derivación yeyunal, en la malnutrición y en asociación con ciertos
fármacos (p. ej., glucocorticoides, estrógenos sintéticos, amiodarona,
tamoxifeno). Puede haber hepatomegalia. El diagnóstico histológico se basa en
la alteración grasa macrovesicular y en la inflamación lobulillar, acompañada a
veces con fibrosis y cuerpos hialinos de Mallory. La enfermedad suele
detectarse en una biopsia hepática realizada por otros motivos, generalmente en
Pacientes asintomáticos que presentan un aumento doble o triple de las
aminotransferasas plasmáticas. Para hacer el diagnóstico tiene que ser evidente
una ingesta de alcohol insignificante. El hígado graso
microvesicular tiene una presentación llamativa, con fatiga, náuseas y
vómitos pronto seguidos por ictericia, hipoglucemia, coma y una coagulopatía
intravascular diseminada.
METABOLISMO DEL COLESTEROL
El colesterol es un
esterol de 27 carbonos muy importante en el organismo, derivado de otro
lípido llamado isopreno, y de el derivan todos los esteroles y esteroides
en general presentes en nuestro organismo. El colesterol en el
organismo está distribuido fundamentalmente en plasma. Generalmente
se encuentra esterificado lo que causa una disminución drástica de
su ya de por si escasa solubilidad. La concentración en plasma es
aproximadamente de 150-200 mg/dL. En plasma circula unido a
lipoproteínas. También encontramos el colesterol en la
vesícula biliar formando la bilis. Aquí el colesterol no está
esterificado, a pesar de ello es muy poco soluble pero se evita su
precipitación gracias a los fosfolípidos y sales biliares. Si aumenta
demasiado la colesterolemia en la vesícula biliar, precipitaría y daría
lugar a cálculos biliares.
Finalmente encontramos
colesterol en las membranas celulares, especialmente en las del sistema
nervioso. La función que tiene el colesterol en las membranas es
regular la fluidez de las mismas, en una membrana fluida disminuye esta
fluidez, y en una membrana demasiado rígida la aumenta. Normalmente se
encarga de disminuir la fluidez debido a la enorme fluidez de las
membranas biológicas. A partir del colesterol derivan todos los
esteroides del organismo, como las hormonas esteroideas (sexuales y
corticoides) y las sales biliares. También hay otros intermediarios del
colesterol de importancia. La concentración de colesterol debe permanecer
estable, dentro de unos valores ya que tanto su defecto como su exceso
provocan importantes patologías. El colesterol se ingiere en la dieta,
sobre todo en tejidos de origen animal. Una dieta normal contiene unos
200-700 mg de colesterol por ingesta. También es posible sintetizar el
colesterol endogenamente, produciéndose aproximadamente 600 mg
diarios. Debido a la escasa absorción en la digestión, la mayor parte del
colesterol se sintetiza endógenamente.
El colesterol se elimina
fundamentalmente por pérdidas de colesterol libre por descamación de
epitelio intestinal, piel… También eliminamos el colesterol
directamente gracias a la pérdida de derivados de éste (vitamina D,
hormonas, sales biliareS) El colesterol no se puede degradar y por
ello su síntesis tiene una severa regulación.
En personas en crecimiento
existe una importante pérdida de colesterol debido a la formación de
tejidos. Todas las células tienen capacidad para formar colesterol
pero fundamentalmente se sintetizará en hígado, órganos
reproductores, corteza suprarrenal, intestino y tópicamente (piel).
Dentro de la célula esta síntesis se produce en parte en el citosol, y en parte
en las membranas del retículo endoplásmico. Síntesis de
colesterol El colesterol desde un punto de vista simplificado es un
polímero de Acetil CoA, por tanto su síntesis de colesterol tendrá dos
fases importantes:
1. Fase anaerobia.
Polimerización anaerobia de Acetil CoA. Se llevará a cabo hasta llegar a
una estructura de 30 carbonos: el escualeno.
2. Fase aerobia.
Ciclación y transformación del escualeno en colesterol. Requiere
oxígeno. Fase anaerobia La síntesis comienza en el citosol
con Acetil CoA, que procede tanto de hidratos de carbono, como de
lípidos y proteínas. El objetivo de esta fase es, partiendo de Acetil
CoA, dar lugar a Escualeno.
1. Se unen dos
moléculas de Acetil CoA para dar lugar a Acetoacetil CoA,
reacción que libera una CoASH. La enzima que cataliza esta reacción es la
βββ-cetotiolasa.
2. Se incorpora al
Acetoacetil CoA otra molécula de Acetil CoA para dar lugar a
hidroximetilglutaril CoA, lo que libera una CoASH. La enzima encargada de
la síntesis es la HMG CoA-sintasa. Hasta este paso la síntesis de
colesterol coincide con la síntesis de cuerpos cetónicos, y
se produce en el citosol (a diferencia de la síntesis de cuerpos
cetónicos que era mitocondrial). reductasa. Esto gasta 2 moléculas de
poder reductor en forma de NADPH+H+
4. Se activa
el mevalonato mediante tres reacciones sucesivas de fosforilación,
lo que gasta 3 ATP. Esta reacción da lugar a 3-fosfo-5-
pirofosfomevalonato y transcurre gracias a quinasas sucesivas.
5. El
3-fosfo-5-pirofosfomevalonato se descarboxila perdiendo un fosfato
para dar lugar al isopentenil-pirofosfato, lo cual es catalizado por la
pirofosfomevalonato carboxilasa.
6. El
isopentenil-pirofosfato se isomeriza gracias a una isomerasa
específica para dar lugar al 3,3-Dimetilalil pirofosfato.
7. Una molécula de
isopentenil-pirofosfato y 3,3-Dimetalil pirofosfato se combinan para dar
una molécula de 10C llamado Geranil pirofosfato
8. Al Geranil pirofosfato
se le une una molécula de isopentenil hasta dar lugar a Farnesil
pirofosfato
9. El Farnesil pirofosfato
se dimeriza hasta dar lugar al Escualeno. El escualeno es una
molécula abierta, cuyos enlaces simples tienen capacidad giratoria
similar al colesterol, pero esta estructura se debe ciclar para dar lugar a la
propia molécula de colesterol.
FASE AEROBIA
Tiene lugar en el retículo
endoplásmico y requiere oxigeno para cerrar los ciclos del escualeno.
Consiste en la formación del lanosterol, y posteriormente la
transformación de este compuesto en colesterol. Estas moléculas
circulan unidas a una proteína transportadora ya que son enormemente
insolubles. Una vez que formamos el colesterol, éste libre y en exceso es
muy perjudicial para la célula, por lo que todo el colesterol que no se
utiliza se esterifica con un ácido graso activado y la enzima esterificante
se denomina ACAT (Acil CoA-Colesterol-Acil-Transferasa)
3. A la HMG CoA se
le reduce su grupo carboxilo unido a la CoA, liberándose esta, y quedando
reducido este grupo carboxilo a un grupo alcohol. El producto de esta
reacción es el Mevalonato un importante intermediario de la síntesis de
colesterol, y la enzima es la HMG CoA
Bibliografia:
-
Bioquimica
de Harper
-
Enfermeria
Medicoquirugica de Brunner & Suddart 10 Ed
http://www.veoapuntes.com/MEDICINA/1/BIOQUIMICA%20METABOLICA/Bioquimica%20metabolica_L12.Metabolismo%20del%20colesterol.pdf
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