Luis Miguel Hoyos Vertel
Enfermero, Magíster en Enfermería
Facultad de Enfermería
Facultad de Enfermería
Universidad Nacional de Colombia
lmhoyosv@unal.edu.co
La
historia del hombre como ser social data desde la prehistoria, la cual se
divide en dos épocas muy distintas; el paleolítico y el neolítico, períodos
donde el hombre pasó de ser nómada a convertirse en recolector, agricultor y
sedentario. Desde ese momento el cuidado estuvo enmarcado en la vida del hombre
y la mujer, como el único medio de supervivencia cuyo único objetivo era
perpetuar la especie.
Desde
ese acontecer el cuidado siguió su evolución, liderado por la mujer, lo cual
conllevo a que la iglesia promoviera la casa de brujas, y todo ese concimiento
empirico en torno al cuidado, fuese destruido. Pero a pesar de todo el retroceso
que coexistió con respecto al cuidado, se logró desplegar otros desarrollos
como las matemáticas, la física, astronomía, química y biología, lo cual mostro
grandes avances a partir de la ilustración, con ellos muchas ciencias entre
ellas la médica logro mostrar un desarrollo en su marco científico y de
conocimiento propio. Ya en el siglo XIX con el desarrollo de la era industrial
en Inglaterra y en los países Europeos concomitantemente con el apogeo de la
economía Norteamericana, hubo la necesidad de aumentar la calidad de vida de
las personas y una de ellas era la salud pública, muy subestimada en dicha
época, cuyo desarrollo formal tendría lugar a mediados del siglo XX en los
países de América.
No
obstante en el siglo XIX, Florence Nightingale desarrollaría el liderazgo en la
construcción del cuerpo de conocimientos de la Enfermería moderna en
Inglaterra, muy de la mano con Ethel Gordon Fenwich, quienes fueron las
pioneras en la organización y profesionalización de la enfermería, como actores
del sistema de salud, cuyos aportes a la epidemiologia, las ciencias sanitarias
fueron muy transcendentales, para la industrial del cuidado de la salud en el
mundo.
Ese
mismo eco de desarrollo de la enfermería a finales del siglo XIX e inicio del siglo XX, llego a muchos países
de Norte, centro y sur de América, todos eran congruentes y pertinentes a las
demandas de servicios que requería la población. Muchas ciudades de América
estaban en pleno desarrollo de la urbanización, un crecimiento acelerado de las
ciudades, mostraba la necesidad que muchos sectores vulnerables necesitaran
asistencia sanitaria, entre ellos países con un alto desarrollo industrial como
Estados Unidos, quien era el líder en la región en esta materia, así mismo ese igual
desarrollo industrial con menos agresividad se vivía en México, Brasil,
Colombia y Argentina. Esa misma necesidad trajo consigo el requerimiento y
formación de personal médico competente para las tareas en materia de atención
en salud de la población, pero a pesar de las exigencias de ese entonces el
personal médico no era capaz de responder a las parvedades de una población.
Con ellos la preocupación de la formación de personal de enfermería,
competente, que fuese un apoyo incondicional para el personal médico.
En
Colombia, el desarrollo de la enfermería en comparación con otros países de la
región fue determinante para liderar el proceso de profesionalización en
América Latina, este proceso en nuestro país se inició a principios del siglo
XX, cuando la carrera de medicina entra en apogeo, y el perfil epidemiológico
de la población Colombiana cambia por el traslado de personas del área rural al
entorno urbano, ese mismo proceso se vivía en Estados Unidos, pero las
perspectivas de vida, el desarrollo industrial era diferente, porque el
desarrollo del sistema sanitario en ese país se organizo rápidamente, lo cual
poco después mostro avances en torno a la salud publica y al cuidado de la
salud, situación que en los países de America Latina, no tuvieron un desarrollo
que impactase. Todos esos acontecimientos marcaron un punto de partida para el
sistema sanitario de nuestro país, a pesar de que muchos médicos de ese
entonces, reconocían el desempeño de las comadronas, parteras, enfermeras y
demás empíricas, se percibía la necesidad
de requerir un personal de enfermería, idóneo, pertinente y preparado
académicamente para las labores de apoyo, y actividades delegadas por los
médicos, esta filiación era netamente médica, no se debía menospreciar ni
discriminar la filiación conventual, cuya importancia fue ganada después de la
retirada de los hermanos de san juan de dios a finales del siglo XIX. Desde ese entonces el cuidado de los enfermos,
fue liderado por mujeres, y con la llegada de las hermanas de la presentación,
procedentes de Francia, al hospital san juan de dios.
Muchas
de esas mujeres que prestaban su servicio eran caritativas, otras simplemente
lo hacían como mecanismo de sentirse útiles, y que fuesen reconocidas en la
sociedad Bogotana como filántropas. También habían otras mujeres humildes que
se dedicaban al cuidado de los enfermos por deseo propio.
De
ahí se parte de la filiación religiosa y la filiación medica de muchas mujeres,
que posteriormente se crea la necesidad de formar enfermeras para las labores cotidianas
de los hospitales y de la comunidad, como cambio en el perfil epidemiológico de
la ciudad y del modelo salubrista de los Estados Unidos, y su influencia sobre América
Latina.
Con
la nueva exigencia del mercado y del modelo salubrista, se inicia el proceso
proceso de formación de enfermeras en Colombia a partir de 1920, como respuesta
a las escasez de estas en Bogotá y en las regiones remotas del país. Con la
apertura de la escuela de comadronas y enfermeras al interior de la facultad de
medicina de la Universidad Nacional, cuyo liderazgo y propuesta la inicio el
consejo directivo de la Facultad de Medicina hacia el año de 1900, se inicia un
proceso de formación de enfermeras, y un largo camino recorrido.
La
instrucción dependía de las religiosas y de los médicos, quienes aportaban sus
conocimientos de cuidados, anatomía, fisiología, partos, pediatría, puericultrua,
también las religiosas tenían muy en cuenta la parte moral y ética, y sobre
todo la parte religiosa y conventual, sin embargo la educación que propiciaba
la escuela era laica. Asimismo se daba la oportunidad de escoger que tipo de
formación requerían las mujeres, si el de enfermeras generales o se dedicaban a
la medicina y cirugía. Los docentes elaboraban de los programas de las materias,
proporcionaban las clases teórica, y todas las actividades de un tutor.
El
reglamento de la escuela era de estricto cumplimiento, y de mucha exigencia
académica, si un estudiante reprobaba materias, podía habilitarlas o incluso
repetirlas, y si no lograba recuperar definitivamente era expulsado de la
escuela, sin derecho a volver a ingresar. La escuela obligaba al estudiante a
vivir dentro de los hospitales, centro de la experiencia formativa, con el fin
de cumplir con el método pedagógico tradicional heredado de la influencia
Francesa en la formación de enfermeras.
El
Hospital San Juan de Dios, centro de formación para enfermeras y médicos de la
época, institución que estaba en pleno
proceso de modernización y equipamiento en respuesta a las nuevas exigencias y
avances de la medicina. Era el centro gravitacional en torno a la
investigación, a los avances e instrucción del personal para la época, a pesar
de todo su esplendor y su importancia por ser una de las instituciones mas
antiguas del país y del continente, hoy su estructura se desmorona como un
castillo de naipes, y la administración pública, y el estado no le han dado
importancia a este tema de la recuperación del san juan de dios.
A
inicios de los años 30, luego de la gran depresión, que sumió a Estados Unidos,
y Europa en una de las peores crisis económicas, las políticas de salud publica
en Estados Unidos, se direccionaron hacia América Latina, puesto que su modelo
salubrista había prosperado enormemente en materia de condiciones de salud, y
su preocupación por el resto del continente, dio una oportunidad a la enfermería
colombiana para incursionar de lleno en la salud pública, dando como resultado
la presencia de enfermeras capacitadas en las campañas sanitarias, de asistencia
pública y protección infantil en atención domiciliaria, en dispensarios, consultorios,
salas cunas y demás instituciones de asistencia social, esto fue un gran avance
para la ciencia del cuidado, y evidencia de ellos es que hoy en dia, el sistema
sanitario y de la salud publica de nuestro pais, es liderado por enfermeras y
enfermeros.
Con
esta experiencia en la formación y este avance en la incursión de la enfermería
en el ámbito social y de salud pública, se tomó como modelo de formación, en
ambos escenarios de práctica profesional, no solo la hospitalaria, sino que era
un enfoque diferente, el cual le dio un pensamiento mucho mas amplio a la
profesión, y su importancia para el futuro sistema de salud de Colombia y el
mundo. Con el inicio de los programas de la Escuela de Comadronas y Enfermeras
y la de Enfermeras Visitadoras, no solo beneficiarían a la capital, sino a
otros lugares del país, era un proyecto nacional.
En
febrero de 1937, inició labores académicas la Escuela Nacional de Enfermeras,
la cual perduro 8 años, desde 1937 hasta 1944, antes de culminar la segunda
guerra mundial. Esta nueva escuela fue la respuesta a la organización y
restructuración administrativa, física de la Universidad Nacional de Colombia,
y de la inclusión de la mujer a la vida universitaria, y a la educación superior,
que concordaba con la nueva formación de enfermeras, y del resurgimiento del
movimiento feminista en el país. Este proceso le dio la oportunidad a la
enfermería para formarse con bases científicas, por las exigencias del medio de
ese entonces, y que dicho perfil profesional y ocupacional no solo fuese
netamente de colaboración con el médico, sino que desempeñase en labores
administrativas, y de dirección en hospitales.
La
escuela se organizó y concreto con el apoyo de la Universidad Nacional y el
Hospital San José Sociedad de Cirugía de Bogotá, pero con el direccionamiento
de la Universidad a cargo de Helena Samper Gómez, y la enseñanza teorica estaba
a cargo de los médicos y de la sociedad de cirugía, la hermanas de la Caridad,
encargadas de los servicios hospitalarios, y las prácticas clínicas les
brindaban apoyo a los estudiantes, tenían turnos rotativos en el hospital, la
tesis de grado era individual. Esta nueva tendencia y convenio con la sociedad
de cirugía, beneficio a la carrera consolidándola en su marco de conocimiento
científico, y sobre todo por el aporte que tanto la Universidad Nacional como
la sociedad de cirugía, beneficiaria a ambas instituciones y sobre todo a la
sociedad, puesto que seria un gran despliegue de la investigación y el
desarrollo de la cirugía en el país, contando con un personal idóneo y
preparado en esta materia.
Con
la separación de la enfermería de la filiación conventual a la filiación médica,
la enfermería inicia un nuevo proceso, donde abarca muchos ámbitos del cuidado
de la salud, entre ellas la salud publica, por lo cual la Oficina Sanitaria
Americana y la Fundación Rockefeller, recomendaban la que la formación de las
enfermeras también abarcara la salud publica, de manera que estas se puedan
desempeñar en el ámbito social y comunitario, lo cual condujo a contratar dos
enfermeras estadounidense; Helen Howitt y Johanna Schwarte, y con ellos se
logro reorganizar el sistema educativo de la escuela nacional de enfermeras de
la Universidad Nacional. Esta nueva estrategia y método académico y formativo,
logro convertir a la enseñanza de la enfermeria en la Universidad Nacional de
una forma laica y separándola de sus anteriores tendencias conventuales, influencia
Francesa.
Luego
de todos estos acontecimientos, nace la Escuela Superior de Enfermeras, de la
Universidad Nacional, en el año de 1943, cuyo resultado se debe a la
intervención de la Oficina Sanitaria Americana y la Fundación Rockefeller, los
cuales tenían como misión reorganizar los sistemas educativos de América Latina
a través de una campaña de instrucción formativa en salubridad. Pero a pesar de
todo ello, se llego a la conclusión de que las estudiantes no tenían una
formación básica pertinente, lo cual se evidenciaba en la práctica clínica y en
la calidad de los profesionales. Entonces se logró determinar que las
aspirantes debían ser bachilleres, o normalistas, para asa garantizar que las
egresadas fuesen de calidad, este hecho hizo que se organizara la escuela con
el apoyo del ministerio de trabajo, higiene y previsión social. En 1951 la
escuela superior de higiene y la escuela nacional superior de enfermeras, pasa
a la Universidad Nacional. Con todo esto se logro que nuevamente la escuela
pasara a manos de la universidad y lograra su introducción al campus
universitario. De este modo se reorganiza el sistema académico de la escuela,
con gran expectativa sobre las experiencias formativas en hospitales y
clínicas. Tambien se hizo evidente que la orientación de la investigación de
tesis proyectara hacia la sanitaria y la salud publica, hecho que siempre marco
a la facultad.
Hacia
mediados del siglo XX, las enfermeras pudieron acceder a programas de posgrado
como la Especialización en Salud Publica, y la de Obstetricia ofrecida por la
escuela de salud pública de la Universidad Nacional, proyecto liderado por
enfermeras de la Universidad. Para esa misma época se funda la Asociación
Nacional de Enfermeras de Colombia,
adquiriendo su condición sindical, lo que la llevó a desempeñar un
importante papel en la reglamentación de la ley del ejercicio de la enfermería,
un gran aporte a la profesión y su reglamentación.
Ya
la escuela para ese entonces tenía una gran demanda académica, y por tener una
gran influencia Norteamericana, debía responder a las necesidades cambiantes
del sistema sanitario y de la formación de las enfermeras, por lo cual muchos
docentes de la Facultad fueron a estudiar posgrados, especializaciones, Maestrías, Doctorados en Estados Unidos, y que
estas docentes fueran proyectando el nuevo futuro del sistema académico para
enfermería al interior de la Universidad Nacional, y de esta forma liderando esa
iniciativa en el país, cuyo resultado se vive hoy en día, la Facultad de
Enfermería de la Universidad Nacional, siendo el órgano educativo de mayor
prestigio en el país, con mayor número
de producción académica e investigativa, con mayor influencia y de referencia
obligada para las demás facultades del país y de Latino América.
Lecturas Consultadas
Villalobos
de, MM. (1988). ENFERMERIA, DESARROLLO TEÓRICO E INVESTIGATIVO. Santafé de
Bogotá: Universidad Nacional de Colombia.
Gómez,
C. Munar, C. Parrado, Y. Et al. (2011). Tres escuelas una historia, Formación
de enfermeras en la Universidad Nacional de Colombia 1920 – 1957. Universidad
Nacional de Colombia. Santafe de Bogota.
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