sábado, 2 de agosto de 2014

LA UNIVERSIDAD NACIONAL DE COLOMBIA, LIDER EN EL DESARROLLO Y RECONOCIMIENTO SOCIAL DE LA ENFERMERIA EN COLOMBIA.


Luis Miguel Hoyos Vertel
Enfermero, Magíster en Enfermería
Facultad de Enfermería
Universidad Nacional de Colombia
lmhoyosv@unal.edu.co 



La historia del hombre como ser social data desde la prehistoria, la cual se divide en dos épocas muy distintas; el paleolítico y el neolítico, períodos donde el hombre pasó de ser nómada a convertirse en recolector, agricultor y sedentario. Desde ese momento el cuidado estuvo enmarcado en la vida del hombre y la mujer, como el único medio de supervivencia cuyo único objetivo era perpetuar la especie.

Desde ese acontecer el cuidado siguió su evolución, liderado por la mujer, lo cual conllevo a que la iglesia promoviera la casa de brujas, y todo ese concimiento empirico en torno al cuidado, fuese destruido. Pero a pesar de todo el retroceso que coexistió con respecto al cuidado, se logró desplegar otros desarrollos como las matemáticas, la física, astronomía, química y biología, lo cual mostro grandes avances a partir de la ilustración, con ellos muchas ciencias entre ellas la médica logro mostrar un desarrollo en su marco científico y de conocimiento propio. Ya en el siglo XIX con el desarrollo de la era industrial en Inglaterra y en los países Europeos concomitantemente con el apogeo de la economía Norteamericana, hubo la necesidad de aumentar la calidad de vida de las personas y una de ellas era la salud pública, muy subestimada en dicha época, cuyo desarrollo formal tendría lugar a mediados del siglo XX en los países de América.

No obstante en el siglo XIX, Florence Nightingale desarrollaría el liderazgo en la construcción del cuerpo de conocimientos de la Enfermería moderna en Inglaterra, muy de la mano con Ethel Gordon Fenwich, quienes fueron las pioneras en la organización y profesionalización de la enfermería, como actores del sistema de salud, cuyos aportes a la epidemiologia, las ciencias sanitarias fueron muy transcendentales, para la industrial del cuidado de la salud en el mundo.

Ese mismo eco de desarrollo de la enfermería a finales del siglo XIX  e inicio del siglo XX, llego a muchos países de Norte, centro y sur de América, todos eran congruentes y pertinentes a las demandas de servicios que requería la población. Muchas ciudades de América estaban en pleno desarrollo de la urbanización, un crecimiento acelerado de las ciudades, mostraba la necesidad que muchos sectores vulnerables necesitaran asistencia sanitaria, entre ellos países con un alto desarrollo industrial como Estados Unidos, quien era el líder en la región en esta materia, así mismo ese igual desarrollo industrial con menos agresividad se vivía en México, Brasil, Colombia y Argentina. Esa misma necesidad trajo consigo el requerimiento y formación de personal médico competente para las tareas en materia de atención en salud de la población, pero a pesar de las exigencias de ese entonces el personal médico no era capaz de responder a las parvedades de una población. Con ellos la preocupación de la formación de personal de enfermería, competente, que fuese un apoyo incondicional para el personal médico.

En Colombia, el desarrollo de la enfermería en comparación con otros países de la región fue determinante para liderar el proceso de profesionalización en América Latina, este proceso en nuestro país se inició a principios del siglo XX, cuando la carrera de medicina entra en apogeo, y el perfil epidemiológico de la población Colombiana cambia por el traslado de personas del área rural al entorno urbano, ese mismo proceso se vivía en Estados Unidos, pero las perspectivas de vida, el desarrollo industrial era diferente, porque el desarrollo del sistema sanitario en ese país se organizo rápidamente, lo cual poco después mostro avances en torno a la salud publica y al cuidado de la salud, situación que en los países de America Latina, no tuvieron un desarrollo que impactase. Todos esos acontecimientos marcaron un punto de partida para el sistema sanitario de nuestro país, a pesar de que muchos médicos de ese entonces, reconocían el desempeño de las comadronas, parteras, enfermeras y demás empíricas, se percibía la necesidad  de requerir un personal de enfermería, idóneo, pertinente y preparado académicamente para las labores de apoyo, y actividades delegadas por los médicos, esta filiación era netamente médica, no se debía menospreciar ni discriminar la filiación conventual, cuya importancia fue ganada después de la retirada de los hermanos de san juan de dios a finales del siglo XIX.  Desde ese entonces el cuidado de los enfermos, fue liderado por mujeres, y con la llegada de las hermanas de la presentación, procedentes de Francia, al hospital san juan de dios.

Muchas de esas mujeres que prestaban su servicio eran caritativas, otras simplemente lo hacían como mecanismo de sentirse útiles, y que fuesen reconocidas en la sociedad Bogotana como filántropas. También habían otras mujeres humildes que se dedicaban al cuidado de los enfermos por deseo propio.
De ahí se parte de la filiación religiosa y la filiación medica de muchas mujeres, que posteriormente se crea la necesidad de formar enfermeras para las labores cotidianas de los hospitales y de la comunidad, como cambio en el perfil epidemiológico de la ciudad y del modelo salubrista de los Estados Unidos, y su influencia sobre América Latina.

Con la nueva exigencia del mercado y del modelo salubrista, se inicia el proceso proceso de formación de enfermeras en Colombia a partir de 1920, como respuesta a las escasez de estas en Bogotá y en las regiones remotas del país. Con la apertura de la escuela de comadronas y enfermeras al interior de la facultad de medicina de la Universidad Nacional, cuyo liderazgo y propuesta la inicio el consejo directivo de la Facultad de Medicina hacia el año de 1900, se inicia un proceso de formación de enfermeras, y un largo camino recorrido.

La instrucción dependía de las religiosas y de los médicos, quienes aportaban sus conocimientos de cuidados, anatomía, fisiología, partos, pediatría, puericultrua, también las religiosas tenían muy en cuenta la parte moral y ética, y sobre todo la parte religiosa y conventual, sin embargo la educación que propiciaba la escuela era laica. Asimismo se daba la oportunidad de escoger que tipo de formación requerían las mujeres, si el de enfermeras generales o se dedicaban a la medicina y cirugía. Los docentes elaboraban de los programas de las materias, proporcionaban las clases teórica, y todas las actividades de un tutor.

El reglamento de la escuela era de estricto cumplimiento, y de mucha exigencia académica, si un estudiante reprobaba materias, podía habilitarlas o incluso repetirlas, y si no lograba recuperar definitivamente era expulsado de la escuela, sin derecho a volver a ingresar. La escuela obligaba al estudiante a vivir dentro de los hospitales, centro de la experiencia formativa, con el fin de cumplir con el método pedagógico tradicional heredado de la influencia Francesa en la formación de enfermeras.

El Hospital San Juan de Dios, centro de formación para enfermeras y médicos de la época,  institución que estaba en pleno proceso de modernización y equipamiento en respuesta a las nuevas exigencias y avances de la medicina. Era el centro gravitacional en torno a la investigación, a los avances e instrucción del personal para la época, a pesar de todo su esplendor y su importancia por ser una de las instituciones mas antiguas del país y del continente, hoy su estructura se desmorona como un castillo de naipes, y la administración pública, y el estado no le han dado importancia a este tema de la recuperación del san juan de dios.

A inicios de los años 30, luego de la gran depresión, que sumió a Estados Unidos, y Europa en una de las peores crisis económicas, las políticas de salud publica en Estados Unidos, se direccionaron hacia América Latina, puesto que su modelo salubrista había prosperado enormemente en materia de condiciones de salud, y su preocupación por el resto del continente, dio una oportunidad a la enfermería colombiana para incursionar de lleno en la salud pública, dando como resultado la presencia de enfermeras capacitadas en las campañas sanitarias, de asistencia pública y protección infantil en atención domiciliaria, en dispensarios, consultorios, salas cunas y demás instituciones de asistencia social, esto fue un gran avance para la ciencia del cuidado, y evidencia de ellos es que hoy en dia, el sistema sanitario y de la salud publica de nuestro pais, es liderado por enfermeras y enfermeros.

Con esta experiencia en la formación y este avance en la incursión de la enfermería en el ámbito social y de salud pública, se tomó como modelo de formación, en ambos escenarios de práctica profesional, no solo la hospitalaria, sino que era un enfoque diferente, el cual le dio un pensamiento mucho mas amplio a la profesión, y su importancia para el futuro sistema de salud de Colombia y el mundo. Con el inicio de los programas de la Escuela de Comadronas y Enfermeras y la de Enfermeras Visitadoras, no solo beneficiarían a la capital, sino a otros lugares del país, era un proyecto nacional.
En febrero de 1937, inició labores académicas la Escuela Nacional de Enfermeras, la cual perduro 8 años, desde 1937 hasta 1944, antes de culminar la segunda guerra mundial. Esta nueva escuela fue la respuesta a la organización y restructuración administrativa, física de la Universidad Nacional de Colombia, y de la inclusión de la mujer a la vida universitaria, y a la educación superior, que concordaba con la nueva formación de enfermeras, y del resurgimiento del movimiento feminista en el país. Este proceso le dio la oportunidad a la enfermería para formarse con bases científicas, por las exigencias del medio de ese entonces, y que dicho perfil profesional y ocupacional no solo fuese netamente de colaboración con el médico, sino que desempeñase en labores administrativas, y de dirección en hospitales.

La escuela se organizó y concreto con el apoyo de la Universidad Nacional y el Hospital San José Sociedad de Cirugía de Bogotá, pero con el direccionamiento de la Universidad a cargo de Helena Samper Gómez, y la enseñanza teorica estaba a cargo de los médicos y de la sociedad de cirugía, la hermanas de la Caridad, encargadas de los servicios hospitalarios, y las prácticas clínicas les brindaban apoyo a los estudiantes, tenían turnos rotativos en el hospital, la tesis de grado era individual. Esta nueva tendencia y convenio con la sociedad de cirugía, beneficio a la carrera consolidándola en su marco de conocimiento científico, y sobre todo por el aporte que tanto la Universidad Nacional como la sociedad de cirugía, beneficiaria a ambas instituciones y sobre todo a la sociedad, puesto que seria un gran despliegue de la investigación y el desarrollo de la cirugía en el país, contando con un personal idóneo y preparado en esta materia.

Con la separación de la enfermería de la filiación conventual a la filiación médica, la enfermería inicia un nuevo proceso, donde abarca muchos ámbitos del cuidado de la salud, entre ellas la salud publica, por lo cual la Oficina Sanitaria Americana y la Fundación Rockefeller, recomendaban la que la formación de las enfermeras también abarcara la salud publica, de manera que estas se puedan desempeñar en el ámbito social y comunitario, lo cual condujo a contratar dos enfermeras estadounidense; Helen Howitt y Johanna Schwarte, y con ellos se logro reorganizar el sistema educativo de la escuela nacional de enfermeras de la Universidad Nacional. Esta nueva estrategia y método académico y formativo, logro convertir a la enseñanza de la enfermeria en la Universidad Nacional de una forma laica y separándola de sus anteriores tendencias conventuales, influencia Francesa.

Luego de todos estos acontecimientos, nace la Escuela Superior de Enfermeras, de la Universidad Nacional, en el año de 1943, cuyo resultado se debe a la intervención de la Oficina Sanitaria Americana y la Fundación Rockefeller, los cuales tenían como misión reorganizar los sistemas educativos de América Latina a través de una campaña de instrucción formativa en salubridad. Pero a pesar de todo ello, se llego a la conclusión de que las estudiantes no tenían una formación básica pertinente, lo cual se evidenciaba en la práctica clínica y en la calidad de los profesionales. Entonces se logró determinar que las aspirantes debían ser bachilleres, o normalistas, para asa garantizar que las egresadas fuesen de calidad, este hecho hizo que se organizara la escuela con el apoyo del ministerio de trabajo, higiene y previsión social. En 1951 la escuela superior de higiene y la escuela nacional superior de enfermeras, pasa a la Universidad Nacional. Con todo esto se logro que nuevamente la escuela pasara a manos de la universidad y lograra su introducción al campus universitario. De este modo se reorganiza el sistema académico de la escuela, con gran expectativa sobre las experiencias formativas en hospitales y clínicas. Tambien se hizo evidente que la orientación de la investigación de tesis proyectara hacia la sanitaria y la salud publica, hecho que siempre marco a la facultad.

Hacia mediados del siglo XX, las enfermeras pudieron acceder a programas de posgrado como la Especialización en Salud Publica, y la de Obstetricia ofrecida por la escuela de salud pública de la Universidad Nacional, proyecto liderado por enfermeras de la Universidad. Para esa misma época se funda la Asociación Nacional de Enfermeras de Colombia,  adquiriendo su condición sindical, lo que la llevó a desempeñar un importante papel en la reglamentación de la ley del ejercicio de la enfermería, un gran aporte a la profesión y su reglamentación.

Ya la escuela para ese entonces tenía una gran demanda académica, y por tener una gran influencia Norteamericana, debía responder a las necesidades cambiantes del sistema sanitario y de la formación de las enfermeras, por lo cual muchos docentes de la Facultad fueron a estudiar posgrados, especializaciones,  Maestrías, Doctorados en Estados Unidos, y que estas docentes fueran proyectando el nuevo futuro del sistema académico para enfermería al interior de la Universidad Nacional, y de esta forma liderando esa iniciativa en el país, cuyo resultado se vive hoy en día, la Facultad de Enfermería de la Universidad Nacional, siendo el órgano educativo de mayor prestigio en el país,  con mayor número de producción académica e investigativa, con mayor influencia y de referencia obligada para las demás facultades del país y de Latino América.




Lecturas Consultadas


Villalobos de, MM. (1988). ENFERMERIA, DESARROLLO TEÓRICO E INVESTIGATIVO. Santafé de Bogotá: Universidad Nacional de Colombia.

Gómez, C. Munar, C. Parrado, Y. Et al. (2011). Tres escuelas una historia, Formación de enfermeras en la Universidad Nacional de Colombia 1920 – 1957. Universidad Nacional de Colombia. Santafe de Bogota.



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